Está bien que Facebook quiera evolucionar ante la voraz competencia cada vez más presente en el mundo de las redes sociales, pero la manera en la que ha llevado a cabo sus últimas acciones consideramos que dista un poco de ser la acertada.
Hablo de su última apuesta, las reacciones. Está muy bien que el gigante del social media escuche a sus usuarios, pues muchas han sido las veces que se han demandado más emociones que el típico ‘Like’. Es bien sabido que el botón de ‘No me gusta’ ha sido protagonista desde hace varios meses, y su implantación o no, el debate semanal para muchos blogs del sector. Pero no, Facebook ha decidido hacer oídos sordos a todo esto, ha querido ir más allá, pasar del ‘Dislike’ y atreverse con una variedad de reacciones que lejos de animar al feedback, complica al usuario en su ardua tarea de mostrar un sentimiento ante una publicación de su timeline.
Y el ejemplo lo pongo yo misma. Desde que esta semana se pusiese en marcha esta última jugada de Mark Zuckerberg, que al parecer es preso del aburrimiento, he decidido pasar, obviar los nuevos botones, limitarme a leer, y volver a la unidireccionalidad, esa de la que tanto se rehúye en la actualidad.
La realidad está así: al ‘Me gusta’ le acompaña ahora el ‘Me encanta’, ‘Me divierte’, ‘Me alegra’, ‘Me asombra’, ‘Me entristece’ y ‘Me enfada’. Y yo me/os pregunto: ¿es necesario tantas opciones?, ¿bastaría con el aclamado y nunca implantado ‘No me gusta’?
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¡La polémica está servida!
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