Nuevas modas y tendencias recorren a diario las autopistas digitales buscando ganar un hueco que les dirija hacia el estrellato y la popularidad.
Unas con mayor éxito que otras en función del atractivo que presenten para los usuarios habituales de la Red.
En este caso, vamos a hablar de un nuevo reto denominado “TenYearsChallenge” que ha despuntado de manera exponencial y cuyo éxito ha hecho que podamos conocer la evolución en el aspecto físico de las personas desde hace diez años a nuestros días. La iniciativa es muy sencilla, en cualquier red social como Facebook, Twitter o Instagram, el interesado debe subir una imagen dividida en dos partes, en el lado izquierdo una correspondiente a una instantánea propia de hace diez años y en el lado derecho una imagen actual de la misma persona.
El objetivo es saber cómo éramos hace diez años y cómo somos ahora, analizar los cambios que hemos presentado. Un ejercicio divertido e interesante, y que entre las personas populares y celebrities ha tenido una acogida sensacional ya que la mayoría se ha sumado a esta actividad. Siempre hay quien ha preferido darle su enfoque crítico y emplear este “reto” para denunciar determinadas acciones o realidades sociales negativas que nos compete a todos como el cambio climático, la violencia de género, etc.
Hasta ahora todo correcto, pero llega el momento de divagar y exponer cuál es el verdadero sentido de este reto viral desde nuestro punto de vista. Hay rumores que indican que todo se debe a intereses de algunas empresas por conocer cómo eran las personas hace una década y cómo son a día de hoy para que los sistemas de reconocimiento facial tengan una base sólida sobre la que desarrollar sus propios algoritmos y puedan aplicarlo con el fin de conocer o “adivinar” cuál será el aspecto de la persona a lo largo de los próximos años.
¿Y qué problema existe? Así a bote pronto, es un paso más para estar con las manos atadas en este “mundo libre” de internet, en el que estaremos clasificados en función de las imágenes donde hagamos acto de presencia de aquí en adelante a pesar de no estar etiquetados, o cuando la tecnología siempre nos identifique en cualquier tarea que estemos realizando y nos clasifique (por ejemplo en un supermercado donde nos propongan a través de pantallas digitales productos personalizados ya que el sistema habrá identificado nuestra identidad y calculará la edad que tenemos, será conocedor del estilo de vida y posibles necesidades alimenticias y de cuidado personal que podemos demandar en ese momento). Más aún, para el sector de la salud y la belleza, alimentación, este movimiento puede permitir que nos preparen imágenes ficticias pero muy reales de cuál será nuestro aspecto dentro de las próximas décadas y por tanto, en caso de no ser del agrado, deberíamos demandar sus productos y servicios para no presentar ese aspecto… Hablamos de estos sectores pero a buen seguro que existen decenas de ellos donde aplicar estos métodos.
Por supuesto, esto son elucubraciones pero lo que tenemos claro es que el mundo empresarial actual no hace algo por hacer, siempre existen intereses ocultos que permitan incrementar ventas y por tanto beneficios. Sobre todo en un entorno como “internet” tan asociado a la tecnología que ha abierto y abrirá miles de oportunidades. Un botín demasiado suculento para dejarlo escapar.
Y todo gracias a las redes sociales y a estas “inocentes” actividades.
Es la triste realidad, pero creemos que es la auténtica verdad.
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[…] cobra más sentido el último reto viral que analizamos en este blog Ten Years Challenge. Los servidores registran cómo eran las personas hace diez años, cómo son ahora, y de ahí […]