Nos gustan las redes sociales y plataformas digitales en el ámbito personal pero sobre todo nos gusta trabajar ambas en el ámbito profesional. En este último escenario, el profesional, como sabemos la cautela es una buena herramienta que nos permite crear contenidos planificados que implican un “plan B” para el supuesto donde el asunto se vaya de las manos y podamos soportar los “ataques” de aquellos que no están de acuerdo por el motivo que sea.
Cuando las empresas deciden abrir canales y perfiles en plataformas digitales, deben tener presente las consecuencias de ello, es un arma de doble filo que hay que saber controlar y que, por desgracia, la mayor parte de las ocasiones no está trabajada de manera profesional y esta carencia es más visible de lo que quisieran.
Nos situamos en la plataforma TripAdvisor, referente en materia de viajes, hoteles, restauración, etc. Como imagino que sabéis, los usuarios de los distintos establecimientos dejan comentarios sobre su experiencia, de modo que el resto de personas que quieren acudir a estos sitios pueden tener una idea previa del mismo.
Estamos en un negocio de restauración con aproximadamente 60 opiniones, de las cuales el 80% son positivas o muy positivas y tan sólo el 20% son muy negativas. Es evidente que el peso de la “buena fama” es mayor y decidimos disfrutar de un almuerzo en el local. La suerte aparta su mirada y vivimos una de las peores experiencias gastronómicas desde hace mucho tiempo, una experiencia pésima en todos los sentidos. Sumamente descontentos, decidimos dejar un comentario en TripAdvisor donde ponemos en evidencia la profesionalidad del sitio así como en duda la calidad de las materias primas empleadas, leyendo con asombro cómo existen otras personas que han vivido una jornada gastronómica inmejorable. Y, de verdad, no somos grandes sibaritas de la comida pero hay situaciones por las que no puedes dejar pasar y esta era una de ellas.