Cuando hace unos cuantos meses, la red social por antonomasia, Facebook, realizó la compra de WhatsApp mucha gente quedó sorprendida con esta operación, más aún con la ingente cantidad de dinero desembolsado.
Otros, más entendidos en el tema, comprendían con lógica esta operación ya que WhatsApp, la plataforma de diálogo con amigos, realmente cuenta con información personal muy valiosa de cada uno de nosotros como nuestro nombre, geolocalización y número de teléfono, entre otras múltiples cosas. Este último dato, el número de teléfono a día de hoy se posiciona como un verdadero tesoro ya que las personas podemos definirlas casi casi con estos dígitos debido a que la cantidad de acciones, operaciones, compras, comentarios, llamadas, que realizamos a través de nuestro terminal es infinita y define buena parte de nuestro perfil, aspectos que por otro medio presentan mucha más dificultad para ser descubiertos.
Hace un par de días, era noticia una de las principales estrategias de la red de Marck Zuckemberg, Whatsapp cede el número de teléfono de sus usuarios a Facebook. Las cartas se van mostrando encima de la mesa. Esto es una acción empresarial basada en una estrategia bien pensada y planteada y así es como debe tomarse. El usuario es el que tiene la sartén por el mango a la hora de elegir en qué red social quiere estar o cómo quiere estar, pero una vez aceptada debe ser consciente de que además de ser divertidas constituyen una forma de obtener beneficios y de indagar en aspectos “personales” del usuario.
Entre otros, esta operación conlleva los siguientes cambios:
1. Whatsapp compartirá nuestro número de teléfono con Facebook, para conocer mejor los gustos de las personas, ajustar la publicidad de las empresas con las que el usuario haya tenido contacto en Whatsapp. Al fin y al cabo, para mejorar los impactos en el usuario, mayor calidad enfocada a las campañas de las empresas a través de Facebook Ads.
2. Mayor seguimiento de nuestra actividad en Whatsapp, para mejorar la experiencia.
3. Lo que se realice en Whatsapp se queda en Whatsapp, no se compartirá en Facebook (al menos de momento).
4. Hay un periodo de 30 días para decirle a Facebook que no queremos que se lleve a cabo esa integración entre ambas plataformas.
Para evitar esta integración, existen dos opciones. Una primera en la que la propia plataforma nos sugiere el cambio y que presionemos la tecla “Aceptar”. En vez de presionar esta tecla, presionaremos la tecla “Lee” y accederemos a otra pantalla donde quitaremos la marca de la casilla y clicaremos en “Aceptar”:
O bien, si hemos aceptado y queremos eliminar esta integración, tenemos 30 días para llevarlo a cabo. Simplemente, hay que dirigirse dentro de Whatsapp a “Ajustes/Cuenta/Compartir la información de mi cuenta”, deseleccionamos la casilla correspondiente y ya está.
Para más información visita el sitio web de Whatsapp.
Este movimiento ha generado un gran revuelo entre el público en general, quien no confía del todo en las verdaderas intenciones de Facebook, si realmente es para mejorar la experiencia del usuario o para interferir aún más en la vida personal de cada uno.
No obstante, debemos recordar que empresas como Whatsapp siempre han existido y su fuente económica ha consistido en vender bases de datos.
¿O acaso pensábamos que Whatsapp se nutría económicamente del aire?